El juniorado constituye un nuevo período de formación que se extiende desde los primeros votos hasta la profesión perpetua. Es una etapa de profundización y de maduración de la iniciación comenzada en el noviciado. «Se trata para el religioso de recoger los frutos de las etapas precedentes y de continuar su propio crecimiento humano y espiritual por la práctica animosa de aquello a lo que se ha comprometido» (PI 59).

 

Objetivo general de la etapa: Propiciar la maduración vocacional

 

Objetivos

 

  •  Formación humana: Favorecer el desarrollo armonioso de la vocación
  •  Formación comunitaria: Propiciar amistades en el seno de la comunidad que sean estimulantes para caminar juntas con entusiasmo en el seguimiento de Cristo
  •  Formación espiritual: Consolidar la experiencia de Dios y la participación en el amor de Cristo para con la Iglesia
  •  Formación para el carisma: Preparar para la profesión perpetua
  •  Formación intelectual: Formar profesionalmente a la altura de las expectativas
  •  Formación pastoral: Adentrarse progresivamente en la misión específica de la Congregación